[Workshop] Los misioneros protestantes y el desarrollo de los museos etnográficos y de historia natural en el Imperio Británico (siglos XIX y XX).
Actividad abierta al público. Moreno 350 (CABA) |
Viernes 10 de mayo a las 17:30 hs. Los museos etnográficos y los misioneros protestantes, diálogo entre Maud Michaud (Universidad de Le Mans, Francia) y Alejandro Martínez (FCNyM, UNLP). Coordinación Irina Podgorny (FCNyM, UNLP/CONICET) y Nathalie Richard (Universidad de Le Mans). Esta intervención se propone identificar las diferentes prácticas de recolección de artefactos y especímenes naturales que los misioneros británicos utilizaron en las provincias del Imperio Británico. Como parte de su apostolado, los misioneros recogieron una gran cantidad de datos (lingüísticos, etnológicos) que serían luego procesados en el seno de sus organizaciones o por los "científicos de gabinete" de l Francia metropolitana, Londres, Cambridge y Oxford. Algunos, a través de sus misiones y exploraciones, construyeron auténticas colecciones de artefactos o especímenes biológicos, especialmente botánicos, que llegaron a los jardines botánicos británicos (Kew Gardens, entre otros) o a los museos de historia natural: así, en Cambridge, el Museo de Arqueología y Antropología fundado en 1884, a principios del siglo XX, se benefició de los trabajos en África del misionero anglicano John Roscoe, amigo y colaborador de James Frazer. Annie Royle Taylor, de la China Inland Mission, por su parte, vendió artefactos tibetanos al Museo de Ciencia y Arte de Edimburgo y al Museo Kelvingrove de Glasgow en la década de 1890. Asimismo, algunos misioneros se integraron a las redes tendidas por sociedades científicas coloniales, origen de varios museos etnográficos y de historia natural, como el Museo Imperial de Calcuta, fundado en 1814 por la Royal Asiatic Society, entre cuyos miembros se contaban científicos, aficionados y estudiosos de la cultura india. De este modo, se analizará el lugar de estos misioneros en las redes científicas tendidas en el Imperio Británico en el largo siglo XIX: conscientes de la necesidad de conocer las poblaciones y los territorios en los que se asentaban, participaban, a la vez, en el gran inventario del mundo emprendido por las instituciones científicas que florecieron en todo el Imperio Británico.
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